Un diseño de seguridad exitoso reconoce los desarrollos tecnológicos e integra tres elementos primarios: aspectos arquitectónicos, sistemas de seguridad y aspectos operativos.

El elemento humano de seguridad, que se relaciona con la toma de decisiones, el sentido común y el conocimiento, debe integrarse en el sistema en la fase de diseño, no después de que se haya diseñado e implementado el mismo.

Las organizaciones exitosas se dan cuenta que uno de sus recursos de seguridad más grande son sus empleados.

La tecnología no solo nos ayuda a reemplazar a la mano de obra, sino también actúa como un multiplicador de fuerza para aumentar las capacidades del personal y proporcionar un mecanismo de equilibrio de poderes para contrarrestar la mala conducta individual.

Únicamente a través de una comprensión total de la manera como van a interactuar los empleados con la tecnología y responder a los incidentes de seguridad, las compañías pueden prevenir la mayoría de los incidentes de seguridad y responder adecuadamente a los que ocurran.

Los procedimientos operativos diseñados a la medida para varias condiciones de amenazas deben desarrollarse antes de diseñar o comprar cualquier sistema. Una organización ya sea pública o privada, que compra equipos y software sin desarrollar las filosofías operativas, pueden terminar con sistemas que incrementen el riesgo de daño o ataque.

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