La búsqueda en la escena del delito, es en ciertos casos, la parte más importante de la investigación. Obviamente, muchas clases de delitos no tienen una escena en el sentido de existir un área donde encontrar rastros. Delitos como la falsificación o el fraude no requieren una actividad física excepcional en su comisión. No hay impacto del criminal en los alrededores. Delitos de violencia, sin embargo, implican un forcejeo, una rotura o el uso de armas. En homicidios, asaltos y hurtos, el delincuente está en contacto físico con los alrededores de una manera forzada. Los rastros pueden ser dejados en la forma de ropa, huellas dejadas por zapatos, huellas dactilares, gotas de sangre, muebles volcados y artículos en general fuera de lugar. La escena del delito debe ser mirada en sentido activo y pasivo. No solamente hay que considerar el efecto causado por el criminal en el lugar, sino también la manera en que el lugar pudo haber dejado rastros en él. El investigador profesional debe estar capacitado para visualizar el modo en que el delincuente pudo haberse llevado consigo evidencia material que lo vincule al lugar del hecho. Muestras de huellas materiales deben ser recogidas en el momento de la búsqueda antes que se las descubra en el sospechoso.